EL INFRARREALISMO ENTIERRA EL CADÁVER DE LA REVOLUCIÓN
El Infrarrealismo es la primera expresión poética sistemática (en tanto que actitud grupal) del desencanto existencial que significó el incumplimiento de los ideales emanados de la Revolución Mexicana. Movimiento surgido a finales de 1975, a los infrarrealistas les toca padecer el último aliento (ya fétido) del Estado nacido de dicha Revolución: la presidencia de José López Portillo, quien, con su característica egolatría, llegó a declarar: “soy la última oportunidad de la Revolución”. El sexenio lopezportillista, contexto histórico necesario para entender la actitud y la poesía “infra”, se caracteriza por una crisis galopante, una política degrada y una sociedad desgarrada. Así entonces, este grupo encarnará una actitud vital expresada como grito de angustia y concretado en una propuesta poética específica.Para los miembros de este grupo, la Revolución Mexicana ya no es tema, sino apenas el telón de fondo, donde el cadáver de la ideología político-social fenecida no encuentra sucesor posible. Ante tal desamparo, los infrarrealistas vuelven los ojos hacia su realidad social y cultural inmediata, y encuentran que es necesario el desprecio y la furia hacia dicha realidad: “Déjenlo todo nuevamente, láncense a los caminos” será el grito de guerra infrarrealista, de donde se sigue que este movimiento pretende la subversión completa del canon poético en boga, y la artillería deberá ser enfocada contra Octavio Paz, versión cultural de la dictadura priísta. Esta ponencia pretende ilustrar cómo la poética infrarrealista asume dicha actitud, en autores como Mario Santiago, Ramón Méndez y Edgar Altamirano. En su obra, el discurso lírico será un desgarramiento elaborado como ironía y radicalidad lingüística, a la vez que hace uso de una referencialidad concreta, en relación directa con la realidad degrada que los circunda, para expresar la angustia del hombre moderno y concreto.
El Infrarrealismo es la primera expresión poética sistemática (en tanto que actitud grupal) del desencanto existencial que significó el incumplimiento de los ideales emanados de la Revolución Mexicana. Movimiento surgido a finales de 1975, a los infrarrealistas les toca padecer el último aliento (ya fétido) del Estado nacido de dicha Revolución: la presidencia de José López Portillo, quien, con su característica egolatría, llegó a declarar: “soy la última oportunidad de la Revolución”. El sexenio lopezportillista, contexto histórico necesario para entender la actitud y la poesía “infra”, se caracteriza por una crisis galopante, una política degrada y una sociedad desgarrada. Así entonces, este grupo encarnará una actitud vital expresada como grito de angustia y concretado en una propuesta poética específica.Para los miembros de este grupo, la Revolución Mexicana ya no es tema, sino apenas el telón de fondo, donde el cadáver de la ideología político-social fenecida no encuentra sucesor posible. Ante tal desamparo, los infrarrealistas vuelven los ojos hacia su realidad social y cultural inmediata, y encuentran que es necesario el desprecio y la furia hacia dicha realidad: “Déjenlo todo nuevamente, láncense a los caminos” será el grito de guerra infrarrealista, de donde se sigue que este movimiento pretende la subversión completa del canon poético en boga, y la artillería deberá ser enfocada contra Octavio Paz, versión cultural de la dictadura priísta. Esta ponencia pretende ilustrar cómo la poética infrarrealista asume dicha actitud, en autores como Mario Santiago, Ramón Méndez y Edgar Altamirano. En su obra, el discurso lírico será un desgarramiento elaborado como ironía y radicalidad lingüística, a la vez que hace uso de una referencialidad concreta, en relación directa con la realidad degrada que los circunda, para expresar la angustia del hombre moderno y concreto.
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